Consejos para gestionar la salud mental en tus finanzas

Ahora más que nunca, es imprescindible conocer los principios y nociones básicas sobre finanzas personales. Todo ha cambiado de forma repentina debido a la pandemia del COVID-19 y esto nos obliga a manejar nuestras finanzas de forma inteligente y eficiente, planificando y proyectando nuestros gastos. Hacerlo, aportará sosiego y estabilidad a nuestra vida y a la de los nuestros.

Hábitos que empobrecen

Gurús de las finanzas, como Robert Kiyosaki, hablan de un concepto interesante: el «termostato personal del dinero». Básicamente se refieren a un límite o marcador psicológico que muchas personas tienen, sobre la cantidad de dinero que «se merecen» o que «está bien» para ellos.

Por ejemplo, Juan puede tener su termostato personal de dinero fijado en dos mil dólares al mes. Todo dinero adicional que genere, de forma automática y casi subconsciente, será gastado en supuestas necesidades y apuros. La mente de Juan debe mantener su límite de dinero en esos dos mil y tenderá a malgastar y dilapidar el resto.

Esta costumbre es generadora de pobreza, la mejor forma de desprenderse de esta hábito financiero nocivo es elaborar un presupuesto realista que incluya los gastos razonables como alimentación, vivienda y transporte y proyectar los gastos extraordinarios como reparaciones o problemas de salud.

Incluso en tiempos difíciles, es importante considerar dentro del presupuesto, la posibilidad de ahorrar el dinero extra que se pueda generar, incluso si este ahorro es pequeño o luce insignificante. Solo el hecho de comenzar a ahorrar, es un buen indicio de estar mejorando la marca de nuestro termostato mental de dinero y rompiendo el hábito nocivo del gasto dispendioso.

Nunca gastar mas de lo que se gana

Puede parecer un consejo bastante obvio, pero siempre vale la pena repetirlo: «Gasta siempre menos de lo que ganas». Y la mejor forma de asegurarse de que esta regla de oro se concrete es haciendo un seguimiento estricto de los gastos, incluso de los gastos pequeños llamados «microgastos».

La forma más práctica de seguir al detalle nuestros gastos es anotándolos ni bien suceden. Hoy en día hay muchas aplicaciones gratuitas que podemos usar para dicho propósito, pero incluso sigue siendo útil el viejo estilo de lápiz y papel.

Incluso algunos psicólogos mencionan que escribir nuestros gastos a la vieja usanza, es decir con papel y lápiz tiene un efecto reforzador y de contención que nos evita gastar de forma desmedida.

Cuidado con las deudas innecesarias

Es de suma importancia evitar endeudarse para adquirir cosas que no generan ganancias o ingresos, en otras palabras, que no generan rentabilidad.

La mayoría de entendidos en la materia, hacen hincapié en que no deberíamos contraer deudas cuyo monto a pagar sobrepase el 30% de los ingresos habituales.

Incluso si estamos pensando en solicitar un préstamo en sitios como Credy para iniciar un nuevo negocio o invertir en equipo o insumos de trabajo, deberíamos hacerlo luego de haber estudiado cuidadosamente nuestro mercado objetivo contemplando todas las contingencias probables.

El efecto avalancha para cancelar las deudas

Si ya tenemos deudas, en especial las adquiridas con tarjetas de crédito, podemos emplear el ya conocido «método de la avalancha» para pagarlas, según aconsejan los expertos.

La propuesta es bastante sencilla: Debemos pagar en primer lugar las deudas contraídas con los intereses más elevados. Luego de cancelada esta, se debe continuar con la segunda deuda con intereses mas elevados. Nunca descuidar eso si, el pago del mínimo de todas las deudas.

El efecto bola de nieve… un enfoque alternativo

Otro grupo de expertos, preconizan un esquema de pago de deudas opuesto al efecto avalancha al que llaman «efecto bola de nieve» que funciona exactamente a la inversa: Pagar primero las deudas más pequeñas (sin descuidar obviamente pagar el mínimo del resto de deudas).

Quienes defienden este esquema, aseguran que tienen un efecto psicológico positivo el ver una deuda en cero y esto nos estimulará a seguir cancelando el resto de deudas.